El/la bebé por fin está aquí, la alegría es grande, pero entonces: el/la pequeño/a llora. Y lo hace continuamente. No es de extrañar, pues, que haya menos sensación de gran amor y más de desesperación. ¿Por qué llora? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Cómo puedo poner fin a esta situación o hacer que sea más fácil para todos/as? Antes de pasar a algunos consejos, vamos a llegar al fondo de una cuestión esencial.
¿Cuáles son las causas del llanto?
Un recién nacido tiene un repertorio muy limitado de expresiones, y el llanto es una de ellas. El hacerse notar con mucho ruido puede significar muchas cosas:
Causas físicas
- Hambre
- Sed
- Dolor: A menudo se habla de los "cólicos del lactante". Esto significa que el tracto gastrointestinal del bebé aún no está completamente desarrollado y, por tanto, se producen dolores o irritaciones durante la digestión y los movimientos intestinales.
- Calor
- Frío
- Fatiga
Causas psíquicas
- Deseo de proximidad
- Sobreestimulación por estímulos (por ejemplo, ruido, luz)
- "Bloqueos" o traumatismos en el parto (por ejemplo, debido a un parto natural muy rápido o a una cesárea).
A menudo hay varios factores combinados que hacen que tu bebé esté inquieto/a. Los/as "bebés llorones/as" suelen ser niños sensibles, a veces temperamentales, que pueden reaccionar más a un leve dolor de tripa u otros estímulos sensoriales que los/as niños/as "tranquilos/as".
Una característica común de los/as bebés que lloran suele ser que duermen relativamente poco y/o que, en general, les cuesta autocalmarse y conciliar el sueño. Sin embargo, sobre todo en los tres primeros meses, es la mejor oportunidad para que el pequeño cuerpo siga madurando y desarrolle un "programa de protección" contra las exigencias excesivas.
¿Qué es un/a bebé llorón/a?
Pero si llorar es normal, ¿qué es un/a bebé llorón/a?
Una definición es: un bebé que llora
- más de 3 semanas
- durante más de 3 horas.
- en al menos 3 días (no a la vez, durante un total de 24 horas).
Cada minuto de llanto supone un enorme estrés para todos/as los/as presentes, que también se puede medir físicamente por los latidos del corazón y las hormonas en la sangre, y en los/as bebés por la tensión muscular y, en el peor de los casos, la tensión.
¿Cuál es la mejor manera de calmar a mi bebé?
Es importante averiguar qué método ayuda al/a la niño/a en cada momento. Un ejemplo sencillo: si tu bebé acaba de comer, es poco probable que tenga hambre. Puede ser útil marcar una lista de control en tu mente:
- ¿Hambre? ¿Cuándo ha sido la última comida?
- ¿Pañal lleno?
- ¿Cansancio?
La necesidad media de sueño cambia con el tiempo. Existen los siguientes valores orientativos:
Después del nacimiento: 16 horas
Con 2- 3 meses: 15 horas
Un/a bebé de 6 semanas suele volver a estar cansado/a después de 1,5 horas,
A los 3 meses ya suele aguantar 2 horas
- ¿Proximidad? Estrechamente relacionado con el sueño está el porteo, que ayuda a muchos/as niños/as no sólo con los problemas digestivos, sino también a conciliar el sueño a través del balanceo rítmico. No solo hay muchos fulares muy bonitos, sino también portabebés que se pueden poner y quitar rápidamente si no quieres atarlos.
- ¿Mucha necesidad de succión? Los/as bebés suelen tener una fuerte necesidad de succión. Un chupete puede ayudar a satisfacer la mayor necesidad de chupar y calmar al/a la niño/a y aliviar la sensación de dolor.
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