Te encuentras en el primer trimestre, en la novena semana de embarazo y, por tanto, al comienzo del tercer mes! A continuación te explicamos cómo se va desarrollando tu bebé, por qué ha dejado de ser un embrión y cómo puede influir el embarazo en tu cuerpo.
¿Qué pasa en el vientre durante la novena semana de embarazo?
El pequeño bebé se va levantando poco a poco, da volteretas y se pueden ver los primeros detalles: los dedos de las manos y de los pies se van desarrollando. Ahora todos los órganos se han desarrollado, por lo que a partir de este momento ya no se habla de un embrión, sino de un feto.
Tu bebé ahora tiene aproximadamente el tamaño de una cereza.
Por cierto, los órganos no solo están perfectamente preparados, sino que hay algunos que incluso están funcionando: el hígado comienza con la producción de sangre, el corazón late con fuerza y los riñones se están terminando.
Pero hay más cosas que le están pasando a tu feto:
- Hasta ahora, el embrión ha estado completamente sin huesos. Ahora comienza poco a poco la formación ósea en los brazos.
- Los ojos todavía se encuentran lateralmente en la cabeza pero ya están cubiertos por los párpados.
- Las orejas con los pabellones auriculares se van desplazando para ocupar el lugar "correcto" en la cabeza.
- Si estás esperando gemelos, estos ahora aparecen visibles en la ecografía.
El feto tiene una longitud de aproximadamente 16-24 mm y pesa tan solo unos 7 gramos.
¿Cómo te encuentras en la novena semana de embarazo?
Los mareos siguen siendo un tema para muchas embarazadas que a menudo se prolongan aproximadamente hasta la 12.ª semana. También el olfato y el gusto son más sensibles de lo normal, lo que no solo influye sobre la susceptibilidad mencionada frente a mareos, sino también sobre las costumbres de alimentación. Incluso puede ocurrir que nuestro plato favorito ya no sepa bien.
El nivel de la hormona del embarazo HCG ahora ha alcanzado el punto culminante, lo que puede originar que algunas molestias de embarazo, como fatiga y mareos matutinos, también se hagan notar más.
Tu útero ahora tiene aproximadamente el tamaño de una naranja. Esto significa que todavía no necesita mucho espacio. A pesar de ello, puede ser que la ropa alrededor del vientre se vaya tensando. Esto se debe a la flatulencia provocada por las hormonas y que padecen muchas mujeres. El mayor nivel de progesterona implica que la musculatura lisa se quede flácida, lo que afecta también al tracto gastrointestinal y a las paredes vasculares. Las consecuencias pueden ser estreñimiento y también ardor, así como venas varicosas.
El ardor es muy frecuente durante el embarazo y aparece en muchas embarazadas, sobre todo en la fase final debido a la presión ejercida sobre el estómago. Un signo puede ser también dolor de garganta por la mañana. Tumbarse con cierta elevación podría proporcionar alivio. Distribuir la comida en varias comidas pequeñas y dejar de comer unas horas antes de irse a la cama también puede mitigar los síntomas.
Los cambios del sistema circulatorio para mejorar la alimentación del bebé con oxígeno pueden originar que te quedes sin aire antes. El rendimiento respiratorio de las embarazadas ya aumenta en hasta un 40 %. Por tanto, no es nada anormal si te quedas sin aliento al andar rápido.
Si tienes algún examen con ecografía, este normalmente se realiza todavía con un transductor a través de la vagina y no a través de la pared abdominal. Con un poco de suerte podrás observar a tu bebé haciendo volteretas y nadando en el saco amniótico.
Las ofertas de prevención varían entre los diferentes seguros. Lo mejor es que consultes a tu ginecólogo o ginecóloga para saber cuándo tienes derecho y a qué prestaciones, y cuáles son los demás análisis voluntarios.
Sobre todo el tema del diagnóstico prenatal no siempre es sencillo, porque actualmente existen varias posibilidades para detectar incluso antes del parto si el bebé está afectado por algún defecto genético o malformaciones.
Existen las siguientes posibilidades de diagnóstico prenatal:
- Medición del pliegue nucal (medición de la translucencia nucal)
Aquí se analiza mediante una ecografía una acumulación de líquido en la nuca del feto. Si la misma supera una determinada magnitud, puede tratarse de un indicio de una anormalidad cromosómica (p. ej., trisomía 21). Más análisis permitirán conocer la situación con más detalle.
- Prueba combinada
Aquí se combina el resultado de la medición de la translucencia nucal con un análisis de sangre de la madre. El mejor momento para realizar el examen, es la 11.ª semana de embarazo.
- Biopsia de corion
Se trata de un método invasivo, pues con una aguja que pasa por la pared abdominal o la vagina de la madre se extraen células del feto para analizarlas después.
- Análisis sanguíneo con respecto al síndrome de Down
Se analiza la sangre de la madre para detectar si el niño presenta el síndrome de Down (trisomía 21). Esta prueba se oferta en Europa desde 2012, y se considera muy segura, pero no fiable al 100 %.
La mayoría de estas pruebas se puede realizar durante la 11.ª o 12.ª semana de embarazo, pero no son necesarias ni obligatorias. Al ser un método invasivo, la biopsia de corion implica además riesgos, como el de sufrir un aborto. También por esto merece la pena reflexionar si se quiere hacer uso de una de estas pruebas y qué se haría con el resultado correspondiente.
Fuente:
https://www.medizin-transparent.at/bluttest-down-syndrom/
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